El 14 de noviembre de 2017, a eso de las 2 de la madrugada, salimos de casa. Tras 26 horas de viaje, nos plantamos en el Aeropuerto de Ciudad del Cabo. Eran poco más de la 8 de la mañana y, pese al reventón, estábamos dispuestos a aprovechar al máximo nuestro primer día en tierras sudafricanas, así que recogimos el coche de alquiler e inmediatamente pusimos rumbo hacia el este.
Como es habitual al visitar una región biogeográfica nueva, los primeros bimbos fueron cayendo rápidamente, siendo los más llamativos los omnipresentes Ibis hadada que ocupaban cada cuneta, rotonda o solar en los suburbios de Ciudad del Cabo.
Ibis hadada circulando por el lado correcto de la calzada.
3 Grullas del Paraíso nos sobrevolaron a media altura, pero no me atreví a parar en la cuneta a verlas bien. Una verdadera lástima, ya que no vimos más en todo el viaje. Poco después tomamos una carretera paralela a la costa y fuimos bordeando False Bay, lo que aprovechamos para hacer un par de paradas para hacer unas fotos y, cómo no, un poco de birding.
Vistas panorámicas de False Bay.
Y así, casi sin darnos cuenta, nos plantamos en Stony Point Nature Reserve, una antigua estación ballenera que ha sido okupada por estos simpáticos inquilinos.
Pingüinos de El Cabo, endemismo regional catalogado como "en peligro" por la IUCN.
A nuestras espaldas había una colonia de Damanes del Cabo que llamaban la atención de la gente tanto o más que los pingüinos.
Damanes de El cabo, estrechamente emparentados con los elefantes

Cormorán de El Cabo (centro, en primer plano) y Cormoranes de bajío, ambas especies endémicas de la región y catalogadas como "en peligro" por la IUCN.
Gaviotas cocineras junto a Cormoranes de El Cabo.
Éste lo conocéis todos, pero en versión salvaje y autóctona... ¡BIMBO!
Cutrefoto de Lavandera de El Cabo.
Ostreros negros africanos, sorprendentemente difíciles de ver.
Prinia del Karoo, otro endemismo más.
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