La llegada se hace a la isla de Sao Tomé donde se encuentra el aeropuerto principal ya que el de Principe es aún más pequeño (si cabe). Allí vuela de compañías europeas conocidas la TAP por su pasado colonial y me da que poco más porque todios llegó en el mismo avión que yo y dado que llegaban de Holanda, Suecia, Australia, EEUU, Sudáfrica y Djibuti o se habían montado conmigo en Lisboa o lo habían hecho en la parada de Accra.
Tal como nos había dicho Manu es como las Galápagos africanas aunque debo añadir que sólo por las características de sus especies endémicas, pero nada que ver respecto a la confianza que sus habitantes alados muestran hacia nosotros, aquí son tan desconfiados como en la mayoría de los sitios.
Llegamos al atardecer con lo que esa noche solo daba para las consabidas presentaciones y cenar juntos y a la mañana siguiente nos pusimos a la tarea de bimbar todo lo que se veía porque lo cierto es que aparte de la Tórtola senegalesa casi todo lo que veíamos era endémico o en proceso de...como es el caso del Martín Pescador.
La mayoría de estas aves son bastante comunes con lo que en la mañana había caído casi todo y el resto lo hizo por la tarde en el paseo vespertino, excepto claro está esas pocas especies jodidas de verdad y que hay que ir a donde cristo perdió la piedra del mechero a probar suerte.
Y de ese primer día, estás primeras fotos
Suimanga de Newton


Hembra

Anteojitos lúgubre

Prinia de Santo Tomé

Azulito angoleño

Martín pescador malaquita

Juv.

Mariposa

Serín de Príncipe

Tejedor de Santo Tomé

Lagartija de Santo Tomé

Lechuza común

Boaedon capensis

