El primer día tocaba traslado a primera hora de la mañana hacia la reserva natural de Mabamba. Para ello tomaríamos un barco desde Entebbe que nos llevaría, tras cruzar parte del lago Victoria, a este interesante humedal formado por una intrincada red de canales donde crece el papiro; ahí nos montábamos en tres canoas con las que podríamos acceder a la red de canales donde íbamos a buscar al rey del viaje: el Picozapato.
Esa era la teoría. La realidad fue que a media noche empezó a caer una tromba de agua y que a primera hora de la mañana continuaba cayendo, menos mal que con la tecnología actual parecía que la lluvia iba a cesar sobre las 9,30 así que esperamos pacientemente en la puerta del hotel, ya que ni el primer barco ni las canoas estaban cubiertas. En aquellos momentos no nos las prometíamos muy felices aunque al menos sabíamos que teníamos la opción B, que era que el último día del viaje repetíamos día completo en Entebbe con lo que si no podíamos hoy ver el Picozapato, ese día lo dedicaríamos a hacer la excursión de hoy, renunciando a lo previsto para ese día.
Pero no hizo falta, poco a poco el día fue abriendo y aunque al principio íbamos en el primer barco tapados por la llovizna que aún caía en un rato finalmente dejó de llover y pudimos disfrutar de nuestra primera excursión.
De camino fueron cayendo las primeras fotos
Fumarel aliblanco y Cormorán africano

Fumarel aliblanco

Aguilucho lagunero etiópico

Y nada mas subir a las canoas, o sea que no hubiera ni hecho falta hacer el transbordo porque no tuvimos que introducirnos por los canales a buscarlo, ¡plof! allí estaba él, mas tranquilo que nadie a lo suyo buscándose el papeo y sin siquiera molestarse en volverse a ver quienes eran aquellos que se le habían colocado a escasos cinco metros (debe ser que ya están acostumbrados a los pelmas de los pajareros que cada dos por tres están dando la tabarra)
Picozapato




También hubo tiempo para alguna otra cosa que se paseaba por las cercanías
Jacana africana

Y ¡zas! tanta espera dio sus frutos y no podéis imaginaros como suena ese peazo pico cuando está engullendo una presa (un pez gato en este caso)



Después de estar delante de nuestra canoa un buen rato, voló pero como veréis no se fue muy lejos

Vamos, lo dicho, que se la traía floja que estuvieramos ahí mismito.
Por cierto aprovecho para comentar que tengo varios vídeos, no solo del Picozapato pero no se porqué no puedo subirlos a Photobucket y eso que los reduzco como hice con los que si he subido en otras ocasiones. Así que si JoseM me dice si se pueden subir directamente y cómo hacerlo os pondré algunos, sino, mi inglés y mis conocimientos informáticos no me dan para preguntar en Photobucket que leñes está pasando.
Cuando nos pareció suficiente reportaje nos dirigimos al lugar donde nos bajábamos de las canoas para seguir nuestra ruta ya que íbamos con bastante retraso a pesar de no haber tenido que buscar mucho al bicho en cuestión.

Ya en tierra pero allí mismo pudimos observar
Tejedor de Pelzeln hembra

Tejedor de Vieillot

Antes de llegar a nuestro destino, Fort Portal muy cerca de la frontera con la República Democrática del Congo donde nos alojamos en uno de los más coquetos hoteles de todo el viaje, pudimos ver entre otras cosas a estos tres
Cálao carigrís

Negrita pechiblanca

Barbudo hirsuto

Al día siguiente comenzamos temprano nuestro traslado a Semuliki que posee las mejores selvas primarias de media montaña del extremo occidental del país y es probablemente la región de Uganda con mayor número de endemismos forestales del valle del Congo. Estuvimos recorriendo la conocida senda de Kirumya pero como ocurre siempre que estoy metida en los bosques poco se vio y menos aún se dejó afotar, así que de ese día solo puedo poneros estas fotos
Mangabey de Uganda

Toco pardo

Ardilla enana de Alexander

Araña

Y como siempre me quedó el recurso de las mariposas




Al finalizar el día nos trasladamos a nuestro siguiente alojamiento para las dos próximas noches en los límites del bosque de Kibale.
El Parque Nacional de Kibale, situado a tan solo 20 kilómetros de la ciudad de Fort Portal, posee un interesantísimo bosque húmedo que alberga una población aproximada de 1.500 chimpancés y otras nueve especies de primates. Este día para nosotros empezó antes del amanecer porque aparte de los chimpas y otro primates, lo primero que íbamos a intentar era la Pita pechiverde esperando que los machos empezaran su cortejo. Pero no era la mejor época para ello con lo que no se oyó a ningún macho y a pesar del madrugón nos quedamos sin ver a una de las especies que más ilusión me hacía. Después de dedicar todo el tiempo que los guías creyeron oportuno y cuando llegaron a la conclusión de la imposibilidad de verla, empezamos a desplazarnos para buscar chimpancés y la verdad es que éstos se dejaron ver de lujo.
Un abuelete

Un jóven sonriendo a la cámara

Un bebe

Obsérvese el diferente tono de la cara desde el negro al rosado.
Éste sin embargo no posó con tanto descaro, pero es lo que hay
Cercopiteco de cola roja

Y nos fuimos del parque para ir a comer a un lodge donde como siempre en estos enclaves pudimos ver gran cantidad de aves
Águila coronada

Ésta nos estuvo deleitando mientras comíamos con sus cantos, parecía querer hacer la competencia a nuestras conversaciones
(también tengo un vídeo)
Lavandera africana

Suimanga ventrioliva

Turaco gigante bastante lejano

Pájaro-ratón común

Tejedor común hembra

La tarde la pasamos al borde de la carretera cerca de un puente donde desde luego a pesar de lo “primitivo” del lugar se ven bastantes más aves que en el interior del bosque y resulta mucho más entretenido
Papamoscas de Cassin

Lavandera clara

Suimanga piquirrecto hembra

Y para terminar este tercer día un precioso insecto
