Yo nunca he estado en la del estrecho así que les pregunté a algunos de los que venían que cómo era. Me dijeron que había momentos buenos de mucho paso y otros muchos bastante aburridos donde no pasaba nada. Así que con esa idea llegué allí. Y así resultó. También los entendidos comentaron que tras un día de lluvia el siguiente día solía ser muy interesante y eso también pasó.
Lo peor del viaje es que no solo se iba a eso, sino que había unas cuantas visitas a otros sitios que me parecieron bastante interesantes ya que entre las posibilidades de aves que se podían ver yo llegaba a 15 B lo cual a estas alturas por estas zonas estaba muy bien. Sobre todo es que de los 15 había hasta 9 que se nombraban en la presentación que te venden del viaje y mi experiencia hasta ahora era que los que te nombran como ejemplos “suelen” verse, sino todos si bastantes así que en mis cálculos mentales yo pensé que de esos, 6-7 podían caer más 1-2 de los que estaban en el listado pero no se nombraban en el panfleto de presentación del viaje. Pues esa parte resultó absolutamente decepcionante. No se vio casi nada. Nada en algunos de los lugares que visitamos. De hecho solo hice 2 B y uno de ellos era de los que no se nombraba. ¿Se habían ido todos los pájaros de Georgia? ¿Con las turbulencias climáticas más al norte no habían llegado?. Excusas se pueden buscar muchas pero la realidad es que el guía local que nos tocó tampoco pareció implicarse mucho o más bien no se implicaba en nada y excepto las rapaces de la migración que dominaba estupendamente lo demás parecía que no iba con él. Este guía había sido un cambio de última hora y que no era el habitual de los viajes de Santi (aunque Santi los viajes que ha hecho a Georgia han sido de otro tipo, lo de la migración era un primer exprimento) y seguramente le “vendieron” que este chico era experto en eso y lo cambiaron.
Pero vayamos por partes:
El primer día lo primero que hicimos como era lógico, fue subir al observatorio de Sakhalvasho considerado el nº1 y allí el primer shock nos lo llevamos bien prontito.
Cuando llegamos ya estaban allí como era lógico los voluntarios que se pasan los días contando las rapaces y alguna otra cosa de las que pasan y aunque allí solo estaban ellos y nosotros y la mayoría pensamos que hubiera sido suficiente con que nos hubieran dicho las normas a seguir, lo que hicieron nada más vernos fue sacar una cuerda y acordonar casi todo el espacio disponible dejando solo una pequeña zona al fondo para que no fuéramos a interrumpir su trabajo

Aunque en principio la idea era pasar allí el día entero estaba tan aburrido que después del bocata del mediodía se decidió ir a uno de los puntos donde se podían ver pajarines de los que a mí me interesaban, el delta del Chorokhi que abordamos por su lado sur.
Y ahí al menos pude estrenar la cámara con alguna que otra foto, aunque bastante escasito de aves estuvo el paseo.
Collalba isabel

Lavandera cetrina

A la mañana siguiente empezamos también con el paso migratorio y esta vez subimos al observatorio nº2 Shuamta, y aunque el día resultó igual de poco fructífero como el anterior, las condiciones al menos fueron mucho más agradables. Para empezar aquí los voluntarios tienen un área exclusiva para ellos en el punto más elevado de la colina y al resto de los mortales nos ofrecen un par de puntos donde la visibilidad no será tan magnífica pero que resulta suficiente para las pretensiones de los visitantes normales, bastante bien acondicionadas y hasta con un chiringuito donde comprar cervezas lo cual mejora muy mucho el panorama.

Aguilucho papialbo

El paso de todos modos seguía siendo bajísimo, de hecho ese día el contaje final no llegó ni a 1000, así que después de haber comido en el chiringuito de allí con su correspondiente cervecita decidieron que nos bajáramos al Boulevar de Batumi que es un espacio que corre paralelo a la playa a lo largo de parte de la ciudad y que dispone de muchas atracciones pero que durante el día suele estar bastante tranquilo y en sus árboles según cuentan se pueden ver muchas aves…será verdad pero nosotros no podemos confirmarlo. Era tal el silencio que al cabo de un rato de pasear por allí se decidió regresar al delta del Chorokhi, esta vez por su parte norte donde el acceso a la propia desembocadura es mucho más corto y además tiene más charcas y zonas que pueden ser interesantes.
Rana verde

Avetorillo juv.

El día siguiente los pronósticos meteorológicos eran trágicos. No iba a parar de llover en todo el día, así que no subimos a ningún observatorio y directamente regresamos al Boulevar porque como había estado lloviendo toda la noche cabía la posibilidad de que muchos pajarines de los que migran por la noche con la lluvia hubieran parado para refugiarse en los árboles del boulevar.
De entrada el silencio era tan abrumador como el día anterior. Pues nada, a hacer turismo puro y duro

El edificio de la derecha era de una estrechez que llamaba la atención.

Como podéis comprobar el color del cielo no presagiaba nada bueno.
Curruca zarcerilla

Y finalmente cayó mi primer B. El jefe de la empresa que organizaba el viaje allí y que casualmente estaba también por Batumi con una pareja de Singapur debió de ser el que lo localizó y aviso al resto de pajareros que estábamos allí con lo que nos juntamos un buen número de paparazzi debajo del árbol
Chotacabras europeo

Estuvimos por allí un rato más, se vieron algunas cosillas como un halcón que pilló en vuelo a un rascón pero que soltó o se le cayó y el pobre animalito quedó a merced de las olas y las gaviotas de la zona y finalmente decidieron que el tiempo no estaba tan espantoso un poco más al norte y aprovechamos para ir al delta del Maltakva que está a unos 50 Km al norte de Batumi y donde al menos no llovía tanto en ese momento.
La playa de este delta es de arena así que caminar por allí no era tan tortuoso como en el otro delta donde la playa es de piedras.
La verdad es que en los deltas es donde pasamos los momentos más entretenidos. De esa tarde
Fumarel aliblanco

Gaviota enana

Aún le quedaba su plumaje de verano
Chorlitejo patinegro

Collalba gris

Y ahora os voy a contar una historia curiosa de Georgia.
El país está lleno de perros callejeros. No es que sean abandonos recientes. Por lo visto deben estar por allí desde la época en que era una parte de la URSS. Pero el gobierno de Georgia ha decidido hacerse cargo de ellos y la mayoría aunque viven en la calle están vacunados, esterilizados y hay zonas donde tienen casetas para guarecerse. Están alimentados y como son muy amigables la gente los acepta y viven libremente por todas partes. Algunos cuando llegas a algún sitio se te acercan y van contigo todo el tiempo, sin molestarte ni siquiera cuando te pones a comer se ponen a pedir. Guardan la distancia y la compostura.

Éste, por ejemplo, se acercó a nosotros nada más aparcar la furgoneta en la playa y vino con nosotros durante todo el recorrido hasta el delta y regreso al aparcamiento donde nos despidió al irnos.
El crotal que luce en su oreja es el que lo identifica como vacunado y esterilizado.
Al día siguiente estaba claro que íbamos de nuevo de observatorio. Era el día. Después de lo que había llovido tenía que ser un buen día de paso. Nos preguntaron que a cuál queríamos ir. No había duda. Todos elegimos el segundo por lo agradable que era y tener la posibilidad de echar una birrita al mediodía y más si esta vez estaba claro que era día completo de observatorio. Tener además un espacio donde poder moverte sin que te estén acotando con cuerdas pues hacía que todos lo tuviéramos clarísimo. Y allá que nos fuimos.
El día era reluciente, vamos que hasta demasiado sol hacía

Abejero juv.

Gavilán

Éste nos pasó por delante, ojalá hubieran sido así de majos todos.
Hale, ¡a identificar!

Águila pomerana

Gavilán griego

Trío

Venga que este si que se puede identificar.
Abejero hembra

Ratonero de estepa

Y así pasamos nuestro cuarto día en Batumi. A ratos nos tumbábamos porque el dolor de cuello llegaba a ser insoportable. Por la noche nos dijeron el contaje de ese día: Trece mil.