Espero que sirva para si alguien va a ir (lo que recomiendo encarecidamene a cualquier amante de la naturaleza) tenga un adelanto de lo que se puede ver y hacer y de cómo organizarse allí.
Aterricé en el aeropuerto de la isla de Baltra, el mas importante y que está separado de la isla de de Santa Cruz por el canal de Itabaca, pero yo directamente desde Baltra me fui a Isabela en avioneta donde iba a pasar mis tres primeros días.
Lo primero que vi ya en el aeropuerto...¡que iba a ser! pues Pinzones de Darwin, los cuales me acompañaron durante todo el viaje en sus múltiples variedades pero sobre todo los picomedianos y los fuliginosos que se te meten hasta en los zapatos al menor descuido ¡que tíos!
P. D. picomediano

Hembra

P. D. fuliginoso

Hembra

Esa tarde, ya en Isabela, hice una corta visita a una laguna, una playa y unos humedales donde vi algunas limícolas y otros migrantes
Cigüeñuela de cuello negro (juv.)

Archibebe patigualdo grande

Flamenco del Caribe

El segundo día tocaba excursión de día completo.
Por la mañana era un pateo al volcán Sierra Negra donde como “estrella” me dijeron que a ver si podíamos ver el “pájaro brujo” (ave que según me acaba de enviar en un whatsapp José Gómez al parecer se ha extinguido en Galápagos en la actualidad, aunque también existe en el continente, de hecho yo acabo de verla en Brasil) y también había posibilidades de la golondrina endémica en la zona mas alta del recorrido. Los primeros km los hicimos en vehículo por pista de tierra (en Isabela que es con mucha diferencia la isla mas grande, solo hay 14 km asfaltados y unas cuantas pistas de tierra donde está la zona humanizada de fincas) y cuando llevábamos unos pocos km hechos, frenazo del chófer que me dice “mira el pájaro brujo”. Efectivamente, unos metros delante del coche en la alambrada que limitaba la finca un hermoso macho estaba posado. En lo que cojo los prismáticos para verlo bien pensando que se iría pronto oigo que el guía abre su puerta se baja del coche, me abre la mía y me dice “baja para hacerle la foto”. Yo cabreada pensando “pero este tío es bobo, ahora mismo se va el pajarillo” le decía calla, calla, no te muevas que se va a ir. El me miraba alucinando “que no se va, bájate para hacerle fotos, además el va a venir mas cerquita para vernos mejor” yo seguía en mis trece sin moverme hasta que con tanta insistencia me bajé, pa boba yo claro que no me conocía los pajarillos de Galápagos y efectivamente en lo que me fui acercando muy despacito para intentar una foto mas cercana, el voló pero para ponerse primero en la misma valla justo enfrente de mi y luego en un posadero mas apropiado, pero allí mismo como si el coche y sus tres ocupantes fuéramos absolutamente invisibles. Como primera experiencia en las Galápagos no podía ser mas emocionante.
Mosquero cardenal

Un poco mas arriba se acababa la zona humanizada y por tanto la pista y se entraba al parque nacional así que nos bajamos del coche y empezamos el pateo bajo la garúa que afortunadamente para mi solo me acompañó los primeros dias, no por mojarme sino porque con esa niebla persistente resulta imposible hacer fotos. Al poquito una preciosa hembra de Mosquero cardenal se dejó también fotografiar sin problema y un poco después la garúa dejó paso a un solecito que hizo mas agradable el pateo.

Mucho pinzón, pero ¡pardilla que es una! no pensé en aquel momento que debía ir fijándome para ver otras especies diferentes de ellos sino que me dediqué mas a buscar “otros” pajarillos (la verdad es que los primeros días todo era nuevo y yo alucinaba con todo lo que veía sin concretar en nada)
El paisaje de una belleza increíble y efectivamente por allí arriba vi a las golondras del lugar que por cierto ya no vi mas en todo el viaje (al igual que al pájaro brujo)

Golondrina de Galápagos

En el camino de vuelta me encontré a este Cuclillo canela como mas destacado

Tras la comida nos acercamos a un árbol donde duerme una lechuza, pero ¡fuerte desgracia tengo yo con las lechuzas! esa tarde no tuvo a bien estar en el agujero que la cobija que por otra parte estaba con bastante agua así que nos fuimos al mirador del mango (llamado así por un hermoso árbol que está allí mismo) y cuando íbamos llegando veo posado en la barandilla un precioso juv. de Busardo de Galápagos.
Como lo del brujo no me había servido de lección, me bajo del coche por la puerta contraria para no asustarlo y me voy cual pantera rosa caminando hacia el frente de donde se encontraba para hacerle una foto antes de que se fuera....
-chófer.- ¿DÓNDE VAS?
-marga.- “A hacer una foto antes de que se vaya”
-chófer.- NO SE VA A IR, SUBE, SUBE, ÉL ES MANSITO
-marga.-
Por supuesto la primera foto se la hice desde el primer escalón de subida. La escalera daba la vuelta por tres caras del mirador y el jovencito en lugar de irse hizo como el Pájaro brujo, me seguía conforme yo daba vueltas para “bimbarme” él a mi.



Solo se fue (tranquilamente) cuando puse los pies dentro de la plataforma del mirador, pero antes me dejó “retratarle”

Esa tarde tocaba la visita a la isla Tintorera, islote situado frente al muelle de Isabela al que se llega tras un corto paseo en barca. Me sirvió para ver las primeras marinas y unas cuantas aves nuevas en la isla pero lo mas impresionante fue ver los pelotones de iguanas marinas ya que para combatir el frío y la lluvia es lo que hacen

También estuve observando algunas lagartijas de lava

Hembra

Las tintoreras

Y los sempiternos leones marinos, encantadores ellos excepto el macho alfa que es de un agresivo insoportable para todos (congéneres y humanos)

Hembra

También ya desde el barco pude disfrutar de estos Pingüinos de Galápagos


Al día siguiente me desperté con este guapo macho de Reinita de manglar

Este día tocaba excursión marina y a las ocho de la mañana salimos rumbo a nuestro destino.
Nada mas salir de puerto flotando en las aguas este precioso Rabijunco etéreo

El primer lugar a visitar era un peñasco donde anidan los Piqueros de Nazca, es curioso que estándo por la misma zona todos, no se mezclan los de Nazca y los camanay casi nunca. Hacer fotos allí resultó bastante difícil ya que el mar estaba bastante agitado.


A continuación entramos en un paraje de ensueño llamado Los Túneles un auténtico laberinto donde las aguas son tan claras que no hace falta tirarse con gafas tubo y aletas para ver todo lo que hay debajo (o al menos así me consolé ya que hacía demasiado frío para que me apeteciese). Desde la barca saltamos a “tierra” (mas bien lava) y estuvimos caminando por un pequeño tramo ya que no todo está conectado (de ahí lo de laberinto) porque con el barco te vas adentrando y si no lo conoces muy bien dudo que encuentres la salida.
Impresionantes los cactus candelabro

Tortuga verde del Pacífico

Garza azulada

En este increíble paraje viví una de las escenas mas bonitas del viaje.
En una pequeña depresión había un Piquero camanay que estaba preparando su futura casa.

Pasamos a su lado y continuamos nuestro recorrido. Al poco cuando regresábamos lo veo que está emitiendo su silbidito de llamada a una posible pareja (una cosa de lo mas tierna) y al momento una hembra se posa cerca emitiendo su sonido (una especie de graznido bastante mas feo) y ¡¡¡que gozada!!! mi galán se puso al lado de ella y empezó un baile subiendo y bajando las alitas y luego levantando alternativamente las patitas que me dejó tan impresionada que cuando acabó me di cuenta que estaba absorta mirando y ni me acordé de hacer una foto, lo siento pero si queréis verlo tendréis que ir allí.
Solo reaccione al final del acto...

...y para ver la cara de no haber roto un plato de ella y de triunfo de él (aquí se produjo mi segundo enamoramiento, me’namorao del piquero patas azules)

El problema de estar tan emocionada con todo lo que te rodea (y también ser confiada y no haber aprendido a mis muchos años que no todo el mundo es honrado, cuando el mismo año pasado en Australia me pasó otra que ya conté en su momento) es que a veces te la meten doblada y ni te enteras.
Nada mas ver el baile y la cara de felicidad de mi patasazules nos volvimos al barco y oigo que el guía le pregunta al chico que llevaba el barco ¿los cormoranes están lejos de aquí, verdad? Si, le contesta el otro a mas de una hora. Ah!, demasiado. Pues entonces vamos de vuelta bordeando la costa y así puedes ver otras aves diferentes. Yo en ese momento no procesé toda la información que tenía acumulada en las neuronas, aparte de no haberme leído detenidamente el programa que había que cumplir ese día por aquello de ser confiada por naturaleza y solo pregunte ¿pero yo veré cormoranes verdad? Y me contesta el guía “hoy ya no” ¿y luego, en el resto del viaje? Sí, me dice, ¡claro!
¡¡¡MENUDO PEDAZO DE H.DE P.!!!
Volvimos bordeando y vimos como mas destacado los Pelícano alcatraz

además de marinas, muchas marinas y a la hora de comer (tempranito como es habitual allí) llegamos. Estaba claro que el pollo tenía ganas de acabar su trabajo antes de hora porque me soltó en el restaurante dando por finalizada su tarea. Yo sí recordaba algo de una laguna con flamencos para la tarde y a mi pregunta sobre eso me respondió, si, es la que fuímos ya el primer día, pero está aquí cerca, hay un sendero muy bonito para caminar viendo aves, pasas por otras dos charcas pequeñas y llega casi alli, puedes ir esta tarde si quieres ver mas aves.
Eso hice en cuanto acabé de comer. De esa tarde esta hermosa foto
Cigüeñuela de cuello negro

Archibebe patigualdo chico

Correlimos menudillo

y me dediqué a buscar “otros” pinzones (ya me había percatado del fallo que tuve el primer día no buscando mas) y encontré entre los de tierra a esta hermosura de Pinzón del cactus

Hembra

De vuelta al hotel ducha, borrado de fotos malas o muy repes, preparación del equipaje ya que al día siguiente a las 5,30 de la mañana salía rumbo a Santa Cruz donde tenía un día de visitas previo al embarque en el crucero y cena a las 19,30 como siempre.
Pero había “algo” que no me cuadraba...
Al subir de la cena saqué el programa y me leí lo que tenía que haber hecho ese día: Visita a los túneles, con posibilidad de snorkel, luego SE CONTINUARÁ HASTA VER CORMORANES. En la tarde visita a la laguna de los flamencos.
De pronto se me hizo la luz. Me acordé que cuando estaba preparando el viaje allá en Junio-Julio la chica de Surtrek con la que trataba me dijo un día “te puedes ahorrar un dinero y un día si no hacemos esta excursión, pero entonces no verás los cormoranes” a lo que le conteste que ni muerta me ahorraba nada que yo por supuesto quería ver los cormoranes. Se me cayó el mundo encima. Tenía que ser de “este” día del que estábamos hablando. Rápidamente me miré el programa entero a ver si había cormoranes otro día pero no los nombraban, a continuación saqué la guía para comprobar que los cormoranes solo existen en el oeste de Isabela y el este de Fernandina...casi me muero...me acordé de la aciaga excursión de Australia y me maldije por fiarme de que la gente va a cumplir su programa y por ser tan gili...y creermelo. Miré el reloj, eran las 20,30 (una hora mas en el continente) ya no era hora de trabajo pero yo tenía el móvil de Ligia y decidí que la llamaba.
Así lo hice, le dije que tenía un problema gordísimo que por favor la representante que tienen en Isabela se pasase por el hotel para hablarlo que por el móvil me estaba costando un egg y la yema del otro.
Bajé y en lo que la chica llegaba le conté a un señor encantador (el dueño o uno de ellos del hotel) lo que me pasaba. El me confirmó que efectivamente los cormoranes solo podía verlos allí, me pidió mi programa para ver que tenía al día siguente en Santa Cruz y me iba diciendo “esto nada, esto es una playa bonita pero solo verás algún ave migradora, esto es una visita muy turística y verás flamencos y patillos como aquí...” Llegó la chica de Surtrek a la que acompañaba otra chica maravillosa llamada Aline que me da que es “mas” jefa y aunque reside en Cristobal (después me sirvió de ayuda allí una jartá) tuve la suerte de que se encontrara en Isabela ese día.
Se quedaron asombradas cuando les dije lo acurrido. Me dijeron que si quería podían cambiarme el programa, quedarme un día mas allí y renunciar a la excursión de Santa Cruz, que al crucero llegaba de sobra saliendo un día mas tarde, pero que antes iban a llamar a los pescadores que son los que mejor saben donde están los cormoranes para saber con seguridad donde podíamos verlos. ¡Claro! con 2000 habitantes en la isla todios se conoce así que sobre la marcha llamaron a un pescador veterano que les dijo que en la playa de los perros 100% seguro que los vería. Llamada a Juancho (el del barco) que sin problema dijo que íbamos y ¡hale! eso si, me dijeron que me preparase para la paliza de barco que me iba a dar. Preocupá me tenía a mi la paliza con el susto que me había llevado. Mas feliz que una perdiz me metí en el catre y soñé con los cormoranes.
A las 8 ya estábamos embarcando. Antes pude hacer esta fotillo medio decente a esta bonita Gaviota fuliginosa, que para mi sorpresa son escasísimas. Solo había visto una cuando la excursión a la isla Tintorera, digna de “el posadero mas horroroso” y ahora esta. Mas tarde en el crucero vi un par de juveniles mas.

Efectivamente el viaje fue “durillo”. Dos horas y media tardamos en llegar y eso sin hacer ni una sola parada por el camino para ver nada. Aquella especie de patera daba unos botes tremebundos porque el mar estaba bastante agitadillo, pero cuando el guía (por supuesto era otro diferente) me dijo “a partir de aquí ya podemos ir fijándonos que en cualquier momento pueden aparecer” se me quitó todo el machaque que llevaba acumulado. No habían pasado ni cinco minutos de aquello, y estabamos acercándonos a la costa para buscarlos cuando oigo míralos, hay tres allí. Joper!!! que ilusión me hizo.
Cormorán mancón

Pero no era solo aquello. Os aseguro que con el espectáculo que tenía delante incluso si no llego a verlos (me hubiera llevado una decepción que duda cabe) pero no me hubiera arrepentido de hacer esta excursión. ¡Que profusión de vida! No sabías donde mirar. Los Albatros de Galápagos posados mar adentro pero no muy lejos.

Balsas de mogollón de Pardela de Audubon

Paiño de Elliot a barullo pasando a tu lado.

Al que tambien llaman Jesucristo…pozzz…¡¡¡no lo entiendo!!!

Los Petrel de Galápagos mas ariscos e imposible hacerle una foto pero abundantes, mogollón de pingüinos en el agua y en las piedras

leones marinos y el León de dos pelos también

Mis patas azules a miiiles mezclados con algún nazca,
¡¡¡Niños…

…a comer!!!

Iguanas nadando y en tierra a patadas

Vi mi primer Playero de Alaska y una Tiñosa boba (se han lucido los coleguis de la SEO con el nombre)

y por supuesto la estrella del lugar: Cormorán mancón que primero vi sobre las piedras, mas tarde ya se echaron al agua a pescar y finalmente pude verlos agitando sus alitas como si a continuación fueran a echarse a volar. ¡Que ternura! debí ver entre 15-20.


El lugar era absolutamente salvaje, como único vestigio humano un radar de la segunda guerra mundial que habían instalado allí los americanos y que queda en pie. Como sería que hasta los chicos de la barca (habían venido dos por aquello de la paliza al timón tantas horas) y el guía me confesaron que si yo estaba emocionada, para ellos también era impresionante ver aquello. Hasta hacían fotos con sus móviles. En aquel momento dudé que pudiese hacer otra excursión algún día que fuera mejor que aquella y así lo dije. Ahora puedo confirmarlo. Hubo otras dos islas (Genovesa y Española) que fueron espectaculares pero esta excursión tuvo algo mágico que ninguna otra pudo superar. Dos horas estuvimos costeando y al cabo de ese tiempo regresamos. Esta vez fueron mas de tres horas de paliza ya que el viento y las olas iban en contra pero no pasaba nunca mas de un minuto en que no se viera algo. Así a la ida y a la vuelta.
Y tocó irse de Isabela una isla maravillosa con una gente ídem salvo algún lunar.
El madrugón y dos horitas de barco para llegar a Santa Cruz y comenzar el crucerito.
Dicen 8 días de crucero pero en realidad son 6 pues el primero estás de visita por esta isla y solo vas al barco a comer y a dormir y el último has llegado el día antes por la tarde y duermes atracada en el muelle para después de desayunar bajarte y que te lleven al aeropuerto, pero bueno, los seis días cunden de maravilla como vais a ver a continuación.
Lo primero que tuve fue una visita al rancho Las Primicias, una granja de tortugas en semilibertad, vaya alguna campaba alegremente por la carretera y tuvimos que esperar que se fuera para poder seguir, lo cual hablando de tortugas nos llevó su tiempo.

Por la tarde la visita a la estación científica Charles Darwin tuvo como notas mas destacadas este precioso Copetón de Galápagos

Y conocer al solitario George y su historia

Este pobre animalito natural de la isla de Pinta fue descubierto por unos cazadores de cabras (que cox**es harían las cabras sueltas en “su” isla donde para mas inri ni siquiera hay población humana) en 1971. No se ha podido encontrar desde entonces ninguna tortuga mas en esta isla con lo que se supone que cuando él muera, Geochelone elephantopus abindgoni desaparecerá. Lleva años conviviendo con unas hembras de G. e. becki, que proceden del volcán Wolf en la Isla de Isabela y que son las que presentan una estructura genética mas similar, aunque ya solo podrían ser híbridos lo que se obtuviera. De cuaquier modo ninguno de los muchos huevos que estas hembras han puesto hasta ahora ha resultado ser fértil. George nació entre 1903 y 1919 y a fecha de hoy que rehago este relato, desgraciadamente su extinción es un hecho porque George murió el 24 de Junio de 2012.
El crucero consiste en navegar por las noches y así al despertarnos te encuentras cada día en una isla nueva que vas a visitar.
La primera visita fue a Plaza Sur. Ya te avisan que el desembarco puede ser “complicado” debido a la gran cantidad de lobos marinos que hay y que al macho alfa a veces le da por demostrar que eso es suyo y se coloca en el “muelle de desembarque” con lo que no te deja bajar. En esta ocasión la zodiac en la que yo iba pudo hacer la maniobra pero cuando se acercaba el resto de pasajeros de mi barco en la segunda zodiac, el señor decidió que no estaba por la labor y no se iba por mas palmas que tocásemos

Los demás mucho mas tiernos estaban a lo suyo

En esta isla vive la variedad mas pequeña de iguana terrestre


Las Gaviota tijereta anidan allí por lo que se ven de todas las edades
Adulto

2a

Juv.

También en sus acantilados anidan otros tipos de aves así que escenas como esta son fáciles de ver

Tras una corta navegación llegamos al mediodía a Santa Fé donde se puede hacer snorkel para “jugar” con los curiosos lobos marinos aparte de ver cantidad de ”peces de colores” (de estos si que no conozco ninguno) y tortugas. Luego hay desembarco y se recorre un corto sendero donde se puede ver otra variedad de iguanas terrestres mas grande.
También vimos Cucuve de Galápagos

Esta preciosidad de adulto, para contrastar con el juvenil de Isabela, estuvo sobrevolándonos todo el tiempo


Abunda la Zenaida de Galápagos

Y es una de las poquitas islas donde no han llegado nuestras encantadoras ratas y gracias a ello sobrevive la rata endémica de Santa Fe pero no me dio tiempo a afotarla, monísima ella. Al llegar de nuevo a la playa tras el corto recorrido estaba el macho alfa a la gresca para variar con otro que esta vez si le plantaba cara

Al día siguiente amanecimos en Española. Esta isla tenía dos visitas. Un paseo por la mañana y una playa por la tarde. Como ya os comenté Española junto a Genovesa son impresionantes tanto por la variedad, como sobre todo, por la cantidad. Es apabullante.
Estas islas que se visitan solo en el crucero están muy controladas. Puede parecer un poco coñazo cuando te dan todas las instrucciones, pero luego cuando ves como están conservadas te parece estupendo que así sea si es por mantener la naturaleza en estado puro.
La isla entera es de los animales.
Para los humanos está habilitado un corto sendero que dependiendo de la isla igual es circular o de ida y vuelta, con un recorrido que varía entre 1,5-3 Km y con una anchura de aprox. un metro limitado cada tanto por estacas para que sepas donde tienes que mantenerte.
Está absolutamente prohibido salirse del sendero, tocar a los animales, hacerles fotos con flash o acercarse a menos de dos metros (a no ser que estén en el sendero en cuyo caso pasas a su lado pero “sin acosarlos”). Todo el grupo tiene que mantenerse junto, nada de adelantarse o quedarse rezagado y no se puede coger nada ni dejar nada. Está prohibido fumar (la primera vez que veo que esté prohibido fumar en espacio abierto).
Como veis “todo” no se puede cumplir

Lo primero que ves es lo diferentes que son las iguanas marinas

Nada mas empezar el recorrido nos encontramos esta serpiente, la única que pude ver en todo el viaje

Las lagartijas de la lava también difieren de las de otras islas

Hembra

¿Cómo no voy a enamorarme de ellos?

Aquí conocí una nueva especie de Pinzón de Darwin, el conirrostro

Hembra

Todas las fotos las haces en el mismo sendero o a los lados, parece que a ellos les gusta también el cotilleo de ver como somos sus visitantes y mientras desfilmos ante sus ojos ellos tranquilamente posados nos van siguiendo con la mirada (o pasan olímpicamente, que de todo hay)
P. de Nazca

Cucuve de Española

Martinete coronado

Tras caminar un buen tramo, llegas a un acantilado donde además de una vista magnífica, puedes disfrutar del soplador: mas espectacular cuanto mas alta está la marea. Nosotros llegamos con la marea a media altura así que podéis imaginar lo que será verlo con marea llena. El ruido era impresionante.

Y por los alrededores, tanto antes de llegar como una vez pasado y ya de camino al embarcadero, el terreno está sembrado de estas criaturitas a las que no me queda mas remedio (creo que me lo vais a agradecer) que rendirles un homenaje
Albatros de Galápagos






Y este que para variar se dejó acercar todo lo que la ley permitía

A ver, señor patasazules: Toíta la isla es suya, a nosotros pobres humanos solo nos dejan pasar por este metro ¿y va usté a picarnos? Poldió ¡un respetito hombre! Por cierto ¿no será su mujer la que está 50 metros mas atrás tirá en mitad del sendero con tres huevos ¡3! bajo las patas? que por cierto ni se ha dignado a mirarnos cuando hemos pasado casi por encima ¡que familia oiga usted!

Mientras comíamos navegamos unos 45’ para llegar a otra parte de la isla, Bahía Gardner, una preciosa playa de arena blanca donde tocaba otro snorkel (cada día había una dosis para los amantes). Yo como enseguida me daba frío estaba solo un rato lo suficiente para ver los leones, las tortugas y abundantes peces de colores (como un día me de por coleccionar pececitos me va a dar un ataque similar al que tengo ahora con África, Costa Rica… y los pajaritos que no he apuntado) y el resto del tiempo, previo permiso del guía tras explicarme por todos los sitios que no podía ir y limitarme bien hasta donde podía llegar, me daba un paseíto por lo que quedaba de playa lo que bastaba para p.e. en esta ver como nuevo
Ostrero pío americano

P.D. gris

Además de otras muchas especies ya puestas y oh! sorpresa un bando mixto de H. rustica y R. riparia
Para la mañana siguiente había madrugón. Sobre las 5,30 a.m. llegábamos al León dormido, un par de impresionantes rocas que emergen 150 mts sobre el mar. El nombre se lo dieron los españoles que a su llegada vieron la semejanza de su forma con la de un león dormido.



La verdad es que llegué a tomarle manía a ratos a las Fragatas por la de veces que oía chillar a Rabijuncos o Gaviotas tijereta porque estas “piratas del aire” les acosaban para quitarles la comida. Otros ratos me daban penita cuando pensaba que ellas no pueden mojarse como los demás y que lo deben tener mas crudo para pescar solo con el anzuelo del pico.
De allí llegamos mientras desayunábamos a Puerto Baquerizo Moreno capital de San Cristóbal y donde teníamos una visita matinal al Centro de interpretación; muy interesante, ves toda la evolución que han tenido las islas y te enteras de la historia de sus primeros habitantes y cómo ha llegado a ser lo que es.
Impresionante que a pesar de estar poco poblado hay fotos aereas de cómo eran las zonas habitadas en los años 50 y como son en la actualidad y alucinas.
Hice esta foto que me pareció curiosa pensando en vosotros

Por la tarde se iba a la playa de la Lobería. Ahí directamente renuncié al snorkel para pasear por un sendero que había a lo largo de la playa y seguía luego por la zona rocosa intentando ver limis, pero la verdad es que las limis no son precisamente abundantes ni variadas. Donde mas vi fue en Isabela y pensé que esa cantidad y variedad se iba a mantener a lo largo del viaje pero para nada. Lo que mas se ven son Zarapitos trinadores, Chorlitejos semipalmeados y Vuelvepiedras. Todas esas limis tan guapas que vi en Isabela ya no las vi mas y el que vi tres o cuatro veces en diferentes islas pero siempre uno solo fue el Playero de Alaska. Como me extrañaba que se vieran tan pocos estuve mirando en la guía y la verdad es que muchos de los que están en ella resulta que se les ve muy de vez en cuando lo que pasa es que en la guía está todo lo que se ha visto aunque sea una vez. Igual en otras épocas del año si abundan mas, pero ahora nada y eso que cuando navegábamos yo también estaba siempre al loro pero solo veía las mismas especies que ya os he ido apuntando.
De este paseo como nuevo os pongo la Garcita de lava

Y el Playero de Alaska

Y a la llegada de nuevo donde estaba el grupo, esta cosita empezó a seguirme llamándome, se ve que estaba buscando a su madre, que se habría ido de pesca, la verdad es que da sentimiento verlo como te sigue gritando, pero como está prohibido tocarlos…

Me sorprendió mucho estar todo un día en una isla y no ver ni un Cucuve (que se te echan literalmente encima), aquí era bimbo con B y como regresaba al final del crucero a esta isla para pasar mis últimos tres días, empecé a urdir un plan ya que por otra parte a estas alturas ya me había percatado de los fallos cometidos en los primeros días con algunos pinzones y sobre todo me había dado cuenta que si “los buscas” los encuentras, que excepto lo que no podía ver porque estaba solo en islas que no visitaba, el resto de especies era cuestión de buscarlas. Tendría que hablar con Aline…
Esa noche navegamos con rumbo a Santa Cruz donde teníamos otro par de visitas. Por la mañana desembarco en la playa de Bachas, esta playa debe su nombre a que naufragaron allí un par de barcazas (barges) cuyos restos aún permanecen asomando como varas de hierro en la playa blanca. Esta playa era frecuentada por pescadores locales que por degeneración de la palabra inglesa acabaron por hacer que la playa adquiriera el nombre actual.
En la playa entre otros varios conocidos estaba este Chorlitejo semipalmeado

y algunos que aún no os había presentado, pero que ante semejante alarde de poderío hicieron que rendida les hiciera su merecido reportaje
Zayapas macho a la gresca

En la parte trasera de la playa hay un par de charcas donde a veces se encuentran flamencos, pero esta vez no había para disgusto de mis compañeros de viaje (yo los había disfrutado en Isabela)
De allí partimos rumbo a la isla de Baltra (donde se encuentra el aeropuerto) ya que necesitábamos recargar combustible pero como aquí no se pierde nunca el tiempo, allí mismito mientras repostábamos pude afotar estos dos juveniles
Garcita de lava

Gaviota fuliginosa

Por la tarde la segunda visita; con las dos zodiacs nos introdujimos en caleta Tortuga Negra. Que belleza de lugar.

En las tranquilas y transparentes aguas de este manglar se reproducen estos animales entre los meses de diciembre a marzo, pero ahora es impresionante la cantidad de vida que ves pasar debajo de ti: tintoreras punta aleta blanca, tiburón punta negra, raya águila, raya sartén, tortugas…

y la espectacular Raya dorada


Un sitio éste, que te devuelve la paz y te hace ver que todavía existe al menos un lugar en este torturado planeta, que merece el título de Paraíso.
Esa tarde aún era de día cuando empezamos la navegación para nuestro siguiente destino y como había visto otras veces que las fragatas nos acompañaban, me subí a la cubierta mas alta a ver si podía hacer alguna fotillo…¿fotillo?...madredelamorhermoso si estaban a la altura de mi mano estirada. Tuve que tirarme en una hamaca, poner el objetivo al mínimo y a pesar de eso como veréis no me cabían dentro enteras. Eran siete y daba la sensación de llevar un toldo encima del barco. Ya no les tenía manía, tan majas ellas




Y esa noche, navegando como siempre, llegamos a Genovesa.
























































