Contacté a través de internet con una agencia especializada en este campo Rockjumper birding tours de Sudáfrica que ofrece una inmensa lista de posibilidades a lo largo y ancho de todo el mundo y he quedado encantada de lo expertos y profesionales que son y lo bien preparado que están, no solo a nivel de guías sino de toda la infraestructura que requiere un viaje de este tipo y mas considerando los lugares por los que se mueven.
Del 13 al 26 de Noviembre recorrimos diferentes zonas del país para al final conseguir 215 BIMBOS de 337 especies vistas por mi, con 17 b.
Una infraestructura espectacular montada para eso: ver el máximo posible de especies por todos los participantes del viaje.
Para ello contamos con un guía “internacional”, un chico sueco que es la persona mas veloz que he visto en mi vida desde que veía posada un ave en una ramita hasta que conseguía tenerla enfocada en el teles, con lo que la mayoría de las veces nos daba tiempo a todos a pasar por el objetivo y ver bien al objeto de nuestros deseos, pero además venían dos guías locales, uno que se conocía perfectamente a todas sus aves tanto si las veía como si solo las oía y que también tenía teles, de peor calidad que el anterior pero que para un apuro (cuando la cola en el bueno era larga) era suficiente para ver el pajarillo en cuestión por si acaso se iba antes de tiempo, mas otro chico que era un poco “el chico de los recados” pero que también dominaba bastante bien las especies locales.
Por otra parte, dos de los participantes llevaban sus propios telescopios (en total éramos 9) con lo que la congestión en el principal no solía ser frecuente, incluso ellos también nos dejaban ver a través de los suyos cualquier ave que tuvieran enfocada.
Además, en el momento que estaba enfocada el ave en el teles y mientras íbamos rotando, para que el resto pudiera verlo con los prismáticos disponían de un puntero láser, con el que partiendo desde un punto en el tronco del árbol iban dirigiendo el haz hasta llegar a la ramita en que estuviera posado el pajarillo para una vez en sus inmediaciones decirte hacia donde tenías que mirar, vamos que si no volaba y se iba bien lejos era casi imposible que alguien no lo viera.
Otra cosa eran las fotos. La mayoría de las aves se localizaban a distancia teles y aunque estuvieran en una zona accesible no te ibas a mover para acercarte hasta que todo el mundo no hubiera disfrutado lo suficiente de la visión telescópica del ave con lo que la mayoría de las veces la obtención de una foto era imposible. A veces me arriesgué a tirar desde lejos pero entre la distancia y muchas veces la falta de luz o el exceso de la misma o la pugnetera manía que tienen los bitxillos de colocarse siempre entre tu y el sol en vez de dejarte a ti en medio, pues ha hecho que la colección esta vez sea pobre. También influye el hecho de que al tenerlo todo perfectamente identificado no me viera en la necesidad de hacer la foto y muchas veces me quedaba ante el teles extasiada de tener delante “un cromo” con tanto detalle.
Total, un viaje maravilloso pero extenuante.
Nos levantábamos a las 4,30 a las 5 desayuno y hale! a despertar a tos los pajarillos de la vecindad: venga mis niños, a volar, que tenemos que veros. Así hasta que a las 18 se hace de noche y entonces nos cuidábamos de dejarlos a todos acostaditos hasta el día siguiente y empezábamos a espabilar a los búhos y chotacabras que también había que verlos. A estos los volvíamos a recoger a la mañana siguiente, como a la lechuza que vivía en la parte alta de uno de los hotelillos en que estuvimos y que la veíamos al amanecer, antes de irnos a colocar a las diurnas en sus perchas.
Al mediodía si no íbamos de traslado era el único rato que disponíamos para un poco de relax, ducharnos tranquilos y recomponer los bártulos ya que de 12-15 era imposible hacer nada con el calor. Bueno, algunos mas fatiga que otros aprovechábamos los alrededores de donde estuviéramos para ver a las mas caseras y así poder también hacer alguna foto con tranquilidad.
El único “pero” que le encontré al viaje es que para los difíciles usaban reclamo.
La primera vez que les vi sacar el aparato del bolsillo, conectar el altavoz y ponerse a buscarlo me chocó un montón pero pensé que sería una cosa puntual para un ave en concreto y punto. Pero no, resultó ser una práctica habitual, así que al principio me medio mosqueé pensando que aquello no estaba bien, pero luego me puse a analizar la situación: a ver, aquí al año vendrán una serie de grupos que seguro que no son mas de un par al mes y no todos los meses, que vienen de cualquier parte del mundo y se han gastado un pastón para ver un puñado de pajaritos. Si ven 400 especies entre ellas unas cuantas raras esto funciona, vendrán mas chalaos de los pipis y se genera trabajo alrededor de esta afición que hace que muchas familias vivan de ello y que se conserven intactas las zonas donde esas aves viven en vez de talar los árboles para sembrar maiz y comerse a los pajaritos fritos. ¿Es tan grave que a un pajarito en concreto se le engañe un par de veces en su vida? porque ni siquiera todos esos grupos van a hacer sonar el reclamo en el mismo punto. Se busca a las aves de allí que son las que el turista quiere ver, no migrantes que han llegado agotadas y a las que cualquier perturbación puede afectar… en fin que me fui convenciendo a mi misma que a lo mejor no era tan horrendo.
La estrella del viaje es el Picathartes gymnocephalus y aquí si que está garantizado al 100% que lo ves y al natural, sin usar ningún método sino mas bien todo lo contrario con un montón de medidas para que no alteres en absoluto ni sus costumbres ni su habitat.
Esta joya de la naturaleza vive en el bosque húmedo y construye sus nidos en cavernas rocosas.
¿Que porqué está garantizado que los ves?
Todos los días del mundo al atardecer, aunque no sea época de cría, ellos van a ver sus nidos, así que en eso consiste. Han construido dos bancos de madera a unos 35-40 metros de un afloramiento rocoso donde hay unos nidos y allí llegas tu pasado el mediodía. Antes de subir la última rampa, unos 100 metros antes de los bancos te dicen que ese es el último punto de cualquier actividad humana: si quieres comer, beber, ir al baño, toser, reírte o gesticular lo haces ahí porque luego se impone el silencio y la ausencia total de movimiento, llegas a los bancos, te sientas y a esperar que vengan…
Queg negvios poldió
Por mucho que dijeran que siempre vienen, cuando llevas cerca de una hora casi sin respirar empiezas a pensar…¿y si hoy no aparece ninguno?
Pero no, afortunadamente aproximadamente una hora después de estar allí veo una bolita blanca que da saltitos…joperrrrrrrr que emoción…la bolita se va haciendo mas grande, va tomando forma y un precioso Picathartes sale de debajo de una piedra enorme para a continuación subirse encima y mostrarse en todo su esplendor ¡guau, que momentazo! eso si, para grabarlo en la retina, porque entre troncos, ramas, piedras y poca luz imposible intentar una foto, quizá con un objetivo menos grande y mas luminoso lo hubiera logrado pero no fue el caso.
Tal como llegó dando saltitos, se fue y allí nos quedamos esperando otro buen rato, con la emoción contenida porque ni siquiera podíamos expresarla. Una media hora después aparecieron sucesivamente tres mas que se dispersaron por la zona con lo que pudimos disfrutar de ellos a placer durante los breves instantes que permanecieron a la vista y cuando se fueron ya casi sin luz, por fin pudimos felicitarnos mutuamente por la maravillosa experiencia que acabábamos de compartir.
Pero vamos a empezar desde el principio.
Llegué un par de días antes a la capital, Accra y me alojé en un hotelazo de la costa Labadi beach, de ahí estas primeras fotos
Zorzal africano

Suimanga pechiescarlata

su chica

Y el susto
Andaba por los jardines del hotel y en la parte mas alejada y “salvaje” del mismo veo este precioso varano

Asomaba al final de un desagüe y yo estaba colocada justo encima, cuando le había hecho unas pocas fotos noto una “sombra negra” casi debajo de mi, miro…
Cobra negra

esto fue el churro que me salió con los nervios después de que previamente hubiese retrocedido unos pasos para no estar a su alcance. Aquí ella ya se había relajado y descendido un poco, pero cuando la vi por primera vez estaba un par de cuartas fuera del agujero y en posición de ataque.
De ahí me fui al hotel de la concentración (Alexis) y ya esa tarde los 4 que habíamos llegado hicimos un “extra” por los alrededores con los guías
Alcaudón piquigualdo

Suimanga cobrizo

Avefría senegalesa

Al día siguiente comenzó el verdadero viaje, con todos los integrantes del grupo y el primer día lo empleamos en Shai Hills.
Barbudito frentigualdo

Papión de Guinea

Carraca coroniparda

Por la tarde nos acercamos hasta Akosombo en la orilla del lago Volta
Suimanga pardo

Dormimos en el mismo hotel de Accra y al día siguiente ya comenzamos nuestro desplazamiento hacia el oeste y luego al norte del país para acabar como punto mas lejano en Mole N.P.
De momento en la zona de Sakumo lagoon muchas limis pero nada nuevo, además como casi siempre todo estaba a vista de teles
Estas son las mejores fotillos del lugar
Halcón borní

Golondrina senegalesa

Abubilla-arbórea verde

Por la tarde en las llanuras de Winneba
Bisbita liso

Elanio común

Abejaruco gorgiblanco

De ahí a dormir en el lodge situado cerquita de Kakum N.P. donde íbamos a pernoctar las 3 siguientes noches


























































