Días 9 a 12: 25 a 28 de marzo de 2016Pasamos estos días alojados en Mirissa, un lugar de playa y muy turístico que no tenía nada que ver con lo que habíamos conocido de Sri Lanka anteriormente.
El primer día nos levantamos muy temprano para hacer una salida de avistamiento de cetáceos en la que yo tenía la esperanza de observar algunas aves pelágicas. Varios charranes y una pardela me dejaron con la miel en los labios, ya que debido tanto a la distancia como a la luz no pude afinar más. Al poco de salir de puerto, un numeroso grupo de
Spinner Dolphins nos mostraron su típica aleta dorsal, pero nos dejaron con las ganas de disfrutar de sus clásicos y diagnósticos tirabuzones. Las siguientes horas de navegación se hicieron eternas, ya que sólo algunos peces voladores nos deleitaron con sus vuelos (a Elsa y a mí, porque ni la tripulación ni el resto de pasajeros les hicieron el menor caso), pero al final conseguimos observar lo que habíamos venido buscando a Sri Lanka: ¡¡una
Blue Whale!!
Fue un momento de máxima emoción y, pese a que la observación no fue ni todo lo cercana ni todo lo larga que nos hubiera gustado, siempre quedarán grabados en nuestras cabezas esa minúscula aleta dorsal y el momento en que se sumergió levantado su aleta caudal. Sin embargo, a pesar del
momentazo-ballena, no quedamos muy contentos con la experiencia: desorganización, ausencia total de información, falta de respeto hacia la ballena y hacia los otros barcos...
La mañana siguiente la dedicamos a hacer snórkel en la playa de Mirissa. Aunque la zona era pequeña y estaba bastante transitada, quedamos asombrados por la diversidad de peces e invertebrados marinos que había. Como muestra, unas fotos y un vídeo:


View My VideoDe vuelta al alojamiento, echamos un vistazo a los paneles de información de las compañías de whale-watching y nos dejamos seducir por una de ellas, así que ya teníamos plan para nuestro tercer día en Mirissa.
Nos volvimos a levantar temprano, ya que la hora de salida oficial son las 7. El viaje fue similar, sólo que esta vez había mucha más gente en el barco y ni siquiera paramos a ver a los delfines. Esto, unido a que pasamos varias horas navegando sin rastro alguno de la gran ballena, nos hizo arrepentirnos de haber picado de nuevo. Afortunadamente, en el viaje de vuelta tuvimos un encuentro inolvidable con otra ballena azul que hizo que se nos pasase un poco el cabreo. Aquí os dejo un brevísimo y cutre vídeo del momento que no le hace justicia, pero es lo mejor que pudimos conseguir:
View My VideoCumplido el objetivo de ver al animal más grande del planeta, el último día en Mirissa decidimos dedicarlo a pajarear por la mañana y a hacer snórkel por la tarde. Antes del amanecer pusimos rumbo a Hiyare Reservoir Sanctuary, pero no fuimos capaces de encontrar el acceso y terminamos pajareando por los alrededores. Aún así observé unas 40 especies, dos de ellas nuevas para mí:
Bar-winged Flycatcher-shrike y
Changeable Hawk-eagle. Para la tarde nos decidimos por Polhena Beach, ya que nos teníamos muy buenas referencias de su arrecife de coral. Al llegar nos llevamos cierta desilusión, ya que unos carteles (según parece de reciente instalación) prohibían explícitamente el acceso al arrecife de coral. Pero ya que estábamos, nos pusimos a bucear en la zona permitida. El agua estaba bastante turbia y no había corales, pero nos la apañamos para observar algunas cosillas interesantes:

View My VideoBucear con las tortugas fue toda una experiencia, y quedamos alucinados por la facilidad con la que nadan y por cómo nos ignoraban completamente (a veces, incluso llegaron a chocar contra nosotros).
Y esto es lo que dieron de sí 4 días maravillosos en Mirissa

¡A cuidarse!
¿Para qué volar como un ave de corral cuando tú puedes elevarte como los pájaros? ¡Abre la boca y enséñales los dientes!