La visita principal del primer día era la isla de Bass Rock; había intentado ir allí en dos veces anteriores, pero las dos fueron suspendidas por el tiempo y el estado del mar. Este día amaneció precioso y soleado, y el mar no parecía muy fiero, pero había que esperar hasta las 14:00 horas, cuando embarcábamos.
Antes de ir a puerto, nos dirigimos a la Reserva Natural de St. Abb's Head. Allí paseamos por lo alto de unos acantilados en los que se apiñaban alcas y araos, tridáctilas y fulmares, aferrados a cada pequeño saliente en la pared. También gaviotas argénteas, sombrías y gaviones y algún ostrero. En el pueblo y por los verdes campos por los que paseábamos, pajarillos diversos y varias grajas. Y en la laguna en la que al final terminamos, porrones moñudos, zampullines comunes, focha, gallintea, garza, carricerines escuchados,...
Como imaginaba, por anteriores visitas a otras islas, cómo sería la del día siguiente a la Isla de May, pocas fotos hice por aquí, donde las aves estaban lejos. Me encantan las argénteas y había unos cuantos nidos no muy lejos:

Llegamos a North Berwick con el tiempo muy justo para embarcar, y engullimos algo a toda velocidad para poder estar a tiempo. Pero esta vez sí parecía que visitaría la roca. Por el camino pudimos ver de nuevo alcas, araos, frailecillos, cormoranes, gaviotas variadas, charranes patinegros (edito la lista luego, que se me olvidaron). Ya desde el puerto la isla impresiona, porque se adivina alicatada hasta el último metro con alcatraces (unos 150.000 individuos dijeron). Este es uno de los ejemplos en los que la foto no hace justicia a la realidad, sobre todo porque no se aprecian los miles de individuos que volaban sobre la isla; suponíamos que no habría sitio para posarse todos y se turnarían.

No se puede desembarcar en la isla, salvo para proyectos científicos y permisos fotográficos que hay que solicitar con mucha antelación y cuestan una pasta. La densidad era realmente llamativa, y se aprovecha al máximo cada saliente en la pared o zona medianamente plana. Aquí nos acordamos de cómo lo habría pasado alguna compi del foro si hubiera tenido que bajarse y pasear entre tantos alcatraces sin pisarlos.

El barco rodea la isla, realmente cerca, y eso permite fotos cercanas. Aunque estaba un poco fuera de juego porque una galopante alergia, acumulada en el paseo matinal por los campos de gramíneas, me había dejado los ojos en condiciones lamentables. Aquí os dejo algunas:



El día se completó en la bahía de Aberlady, de vuelta hacia Edimburgo, pero hoy ya no me queda tiempo para más. Continuará...